lunes, 21 de junio de 2010

Lo que he hecho con mi sensibilidad

Que todo lo que sucede a mi alrededor me afecta, eso no lo puedo negar

Siento mucho, me afecta mucho lo que sucede entre los seres humanos

Sensibilidad moral, sensibilidad en el trato con los otros, del trato de los otros hacia mí

Sensibilidad estética, lo bello, lo feo, al menos lo que siento como bello o feo

Sensibilidad social con las injusticias que suceden a mí o a los refugiados

Por esa sensibilidad siento mucho y percibo que la vida es dura

Que el mundo es duro, que mis acciones y las de otros son duras a veces

Son desatinadas a veces, claras en otros momentos, acertadas, eficaces

 

Entonces, siento mucho la dureza, pero a la vez soy muy frágil

Y la salida que le he dado a eso en el pasado fue la de encerrarme en mí y no vivir

Sólo sobrevivir, pero no vivir

Viví encerrado en una coraza de metal duro, bien duro, que me protegió, pero me aisló

Pero comprendo por qué lo hice, por querer sobrevivir, protegerme

Todo me da duro, lloro con facilidad con las cosas

Me apasiono con facilidad con lo que sucede

Pero la salida, he decidido, no puede ser la misma que en el pasado

 

He decidido sentir, he decidido vivir

Por eso mi trabajo es comprender

Reconciliarme con la realidad, con las cosas como ellas son

Duras, difíciles, buenas y malas, todo con un lado bueno y otro malo

Imperfectas, falibles, con fallas y errores

Con aciertos y desaciertos

Con tristezas y alegrías

Con risa y con llanto

Con gloria y con ignominia

Unos pasan por encima de otros

Se juzga con ligereza o no se hace justicia a las cosas

Y yo estoy también allí, no me excluyo, no miro esto como si yo no lo fuera o lo hiciera

También llevo en mi esa lucha interior

La búsqueda de integración y totalidad

Asumir los contrarios, las dos caras de la moneda, de la misma moneda

Ahora me siento más reconciliado, más unificado, más totalidad, unidad

 

Pero queda un asunto pendiente: ¿Qué voy a hacer con mi sensibilidad?

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