Que todo lo que sucede a mi alrededor me afecta, eso no lo puedo negar
Siento mucho, me afecta mucho lo que sucede entre los seres humanos
Sensibilidad moral, sensibilidad en el trato con los otros, del trato de los otros hacia mí
Sensibilidad estética, lo bello, lo feo, al menos lo que siento como bello o feo
Sensibilidad social con las injusticias que suceden a mí o a los refugiados
Por esa sensibilidad siento mucho y percibo que la vida es dura
Que el mundo es duro, que mis acciones y las de otros son duras a veces
Son desatinadas a veces, claras en otros momentos, acertadas, eficaces
Entonces, siento mucho la dureza, pero a la vez soy muy frágil
Y la salida que le he dado a eso en el pasado fue la de encerrarme en mí y no vivir
Sólo sobrevivir, pero no vivir
Viví encerrado en una coraza de metal duro, bien duro, que me protegió, pero me aisló
Pero comprendo por qué lo hice, por querer sobrevivir, protegerme
Todo me da duro, lloro con facilidad con las cosas
Me apasiono con facilidad con lo que sucede
Pero la salida, he decidido, no puede ser la misma que en el pasado
He decidido sentir, he decidido vivir
Por eso mi trabajo es comprender
Reconciliarme con la realidad, con las cosas como ellas son
Duras, difíciles, buenas y malas, todo con un lado bueno y otro malo
Imperfectas, falibles, con fallas y errores
Con aciertos y desaciertos
Con tristezas y alegrías
Con risa y con llanto
Con gloria y con ignominia
Unos pasan por encima de otros
Se juzga con ligereza o no se hace justicia a las cosas
Y yo estoy también allí, no me excluyo, no miro esto como si yo no lo fuera o lo hiciera
También llevo en mi esa lucha interior
La búsqueda de integración y totalidad
Asumir los contrarios, las dos caras de la moneda, de la misma moneda
Ahora me siento más reconciliado, más unificado, más totalidad, unidad
Pero queda un asunto pendiente: ¿Qué voy a hacer con mi sensibilidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario